El Yo Proteico

El Yo Proteico comienza a ser sonado y reconocido en la Burguesía, de ser una sociedad completa, solidaria y ayudadora, las personas comienzan a prestar mas atención y a ser obsesivos ante el YO.
Se comienzan a buscar y a implementar los valores del productor y enseguida los del consumidor, de vuelta egocéntrica al YO.
Gracias a las nuevas tecnologías como transportes y comunicaciones modernas, el ser humano comienza a tener una mayor y mejor interacción humana.
Los hombres comienzan a tener un comportamiento parecido al de los camaleones, comienzan a cambiar y a desenvolverse en un medio en el cual cambian constantemente y se adaptan a las nuevas situaciones.
Comienza a surgir un yo del presente, realizado, descubierto y actualizado.
El yo toma parte de una historia en marcha, actualizada y reeditada. (Pagina 265)
Las personas comienzan a tener una comunicación instantánea con gente de todo el mundo, crecen las redes económicas y sociales así como cibernéticas, Crece un YO conectado con capacidades múltiples y competentes.
El hombre autónomo pasa a ser un yo relacional vinculado con redes que le permiten tener un mejor y mayor acceso a las comunicaciones interpersonales.
El yo se vuelve una persona muy importante con cualidades ficticias que le permiten sembrar y crecer frutos de comunicación vinculados con la interacción de varias personas para así formar parte de un mundo ya globalizado y cibernético.
La comunicación mas efectiva hoy en día es la cibernética, las redes en la Web van creciendo poco a poco y cada día nos encontramos con mayor información, estamos expuestos a una era de acceso inmediato.
El Yo proteico es capaz de integrarse a esta era y formar parte de ella, es capaz de cambiar con ella y crecer con las redes que nos vinculan unos con otros.